Un día se despierta victorioso y tose en el acto siguiente de su humedad casa, las ventanas se cierran y giran unas luces. Así se despierta el conde y así lo narro. No puedo ser exacto pero; come en cuclillas y señala a la vieja servidumbre que se retire, hastiados ellos de la muerte y fieles a la condena de su amo.

El banquete comienza, la realeza asiente al exótico, el se excede siempre un poco mas.

Cuando el festín lo puede, lo parasita y lo disuelve como un acto mágico, pero ya ha cobrado una joya tras su saco verde.

Escoria se ruboriza, la noche a finalizado.

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