Veo un pómulo, el tuyo recorre lento las paredes y hay humedad, enfermedad en esos ojos dobles y movedizos. Pensamos…el cuarto apesta a pensamiento, todo lo que aquí se encuentra de ruin, de encapsulado, de toxico es sartreano.

Bebo mas vino de las ubres de un dios proxeneta y pendenciero. Aun así veo un pómulo frotarse victorioso ante el gesto adusto que lo precede, obra de su propio tejido.

No quiero pensar en reiterar y eso es la música en el fondo mas precipitado y yo sigo viendo un pómulo y su gesto enarbolando una boca, mas estirada cada vez por la luz más neutral.

Pienso en Brahms y sollozo estoico en el estanque alemán y continuo viendo un pómulo cada vez mas acomodado al gesto de la boca y el mentón, acaso me atrevo a decir fino.

No quiero bajar más, súbitamente las voces me interceden y veo tus ojos y lo perdido de tu mirada preocupada.

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