Máximo por donde se lo mire,
Impecable al caminar,
Soberbio en el arte de
Encarnar miles de veces
Alguna voz oportuna…..oportunamente el perro enfermo de moquillo, le dimos un te, mejor dicho le pasamos un té. Había un canasto de mimbre y muchos árboles. Lo narrativo siempre tomaba algunas ventajas por sobre la poesía. Un gallinero, más arboles, leíamos el diario…
Diariamente un súbito vagar
Le trepaba por la profundidad
Que atrapan los parpados.
Buscaba….buscábamos los tesoros .despertaba del sueño unas cincuenta veces por noche. Mi perro moquillo había mejorado. Ahora llovía contra una ventana fuerte, amplio ruidoso. Me jubilaba ese año.
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