No puedo quebrarme mas que los que produjeron mis lecturas y yo sus típicos agobios. Y soy tan snob como un durazno en una frutera de cristal amarillo. Da asco mi palangana y mi rabia de cesares inquietante al murmullo.
No detenernos en la angustia de agotar el cerebro como si fuera piedra, pero a algunos le demora el océano.
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